INTEGRANTES:
ALEJANDRA COQUE
DIEGO ALEGRIA
INGRITH BOLIVAR
MARYI COQUE
WILDER SALAZAR
YULI TATIANA RUIZ
SISTEMA POLÍTICO DEMOCRATICO LIBERAL
SISTEMA DEMOCRATICO
El término democracia proviene del antiguo griego y fue acuñado en Atenas en el siglo V a.C. a partir de los vocablos («demos», que puede traducirse como «pueblo») y (krátos, que puede traducirse como «poder» o «gobierno»).
Sin embargo la significación etimológica del término es mucho más compleja. El término «demos» parece haber sido un neologismo derivado de la fusión de las palabras demiurgos (demiurgi) y geomoros (geomori). El historiador Plutarco señalaba que los geomoros y demiurgos, eran junto a los eupátridas, las tres clases en las que Teseo dividió a la población libre del Ática (adicionalmente la población estaba integrada también por los metecos, esclavos y las mujeres). Los eupátridas eran los nobles; los demiurgos eran los artesanos; y los geomoros eran los campesinos. Estos dos últimos grupos, «en creciente oposición a la nobleza, formaron el demos». Textualmente entonces, «democracia» significa «gobierno de los artesanos y campesinos», excluyendo del mismo expresamente a los ilotas (esclavos) y a los nobles.
De todas formas, el significado del término ha cambiado con el tiempo, y la definición moderna ha evolucionado mucho, sobre todo desde finales del siglo XVIII, con la sucesiva introducción de sistemas democráticos en muchas naciones y sobre todo a partir del reconocimiento del sufragio universal y del voto femenino en el siglo. Hoy en día, las democracias existentes son bastante distintas al sistema de gobierno ateniense del que heredan su nombre.
Para el sistema democrático es muy importante la igualdad de oportunidades políticas de los ciudadanos.
Clásicamente la democracia ha sido dividida en dos grandes formas:
- Democracia directa: el pueblo reunido en asamblea o consejo, delibera y toma las decisiones que van a regular la vida en sociedad.
- Indirecta o representativa: el pueblo se limita a elegir representantes para que estos deliberen y tomen las decisiones, de forma jerárquica.
Algunos autores también distinguen una tercera categoría intermedia, la democracia semidirecta, que suele acompañar, atenuándola, a la democracia indirecta. En la democracia semidirecta el pueblo se expresa directamente en ciertas circunstancias particulares, básicamente a través de tres mecanismos:
- Plebiscito. El pueblo elige «por sí o por no» sobre una propuesta.
- Referéndum. El pueblo concede o no concede la aprobación final de una norma (constitución, ley, tratado).
- Iniciativa popular. Por este mecanismo un grupo de ciudadanos puede proponer la sanción o derogación de una ley.
- Destitución popular, revocación de mandato o recall. Mediante este procedimiento los ciudadanos pueden destituir a un representante electo antes de finalizado su período.
En la práctica, existen muchas variantes del concepto de democracia, algunas de ellas llevadas a la realidad y otras sólo hipotéticas. En la actualidad los mecanismos de democracia más extendidos son los de la democracia representativa; de hecho, se trata del sistema de gobierno más utilizado en el mundo. Algunos países como Suiza o Estados Unidos cuentan con algunos mecanismos propios de la democracia directa. La democracia deliberativa es otro tipo de democracia que pone el énfasis en el proceso de deliberación o debate, y no tanto en las votaciones. El concepto de democracia participativa propone la creación de formas democráticas directas para atenuar el carácter puramente representativo (audiencias públicas, recursos administrativos, ombudsman). El concepto de democracia social propone el reconocimiento de las organizaciones de la sociedad civil como sujetos políticos (consejos económicos y sociales, diálogo social).
Estas diferenciaciones no se presentan en forma pura, sino que los sistemas democráticos suelen tener componentes de unas y otras formas de democracia. Las democracias modernas tienden a establecer un complejo sistema de mecanismos de control de los cargos públicos. Una de las manifestaciones de estos contrales horizontales es la figura del impeachment o "juicio político", al que pueden ser sometidos tanto los presidentes como los jueces, por parte de los parlamentos, de acuerdo a ciertas constituciones, como la de Argentina, Brasil o Estados Unidos. Otras agencias más modernas orientadas al mismo fin son el defensor del pueblo u ombudsman, las sindicaturas de empresas públicas, los organismos de auditoría, las oficinas de ética pública, etc.
DEMOCRACIA EN COLOMBIA.
Dentro del ámbito político en el que se ve inmiscuido toda nación, de manera especial una nación que se declara democrática, y un país como el nuestro que se proclama desde su constitución un Estado social de derecho, aparecen dos aspectos que sus fundamentales en su funcionamiento: democracia y legitimidad.
Aparentemente, pareciera que todo gobierno que es elegido democráticamente, fuese legitimo, pero se ha de decir, que no siempre, ya que la legitimidad proviene del respaldo del pueblo a los actos del gobierno, y la democracia no se agota solamente en la derecho del pueblo a elegir.
De esto, que en nuestro país, la democracia sea tan mal entendida por aquellos que por ignorancia no saben el gran poder de esta y la manipulación sin escrúpulos de algunos que más dotados de “sabiduría”, se aprovechan del pueblo para tratar de legitimar sus acciones políticas.
Y se dice, tratar de legitimar por que por medio de esta manipulación de la “conciencia inconsciente” del pueblo, prometiéndoles cualquier cantidad de cosas que nunca les van a cumplir, hacen suyos de la manera más vil, el poder de todo un pueblo humilde, y pasan del interés común que es tan popular en las campañas electorales, al interés particular tan popular en los periodos de gobierno.
Lo interesante en la relación entre democracia y legitimidad, es que aunque una de las características primarias de la democracia es que se presenta como legitima, esta misma se viene en su contra cuanto, no se muestran los resultados prometidos por parte de los candidatos que han sido elegidos para algún cargo de representación política.
Cuando ocurre esto, la pérdida de legitimidad de un gobierno, pasa algo que la misma democracia lo permite, y es el derecho a oposición, oposición que la mayoría de los gobiernos llaman ilegitima, precisamente por que atacan sus intereses.
En nuestro país, pasan dos cosas de singular relevancia, en primer lugar, el hecho de el mismo pueblo no se dé cuenta lo que están haciendo con él, es decir, el pueblo está siendo utilizado para legitimar su propio empobrecimiento, con propuestas maquilladas como en el TLC y el tan famoso proyecto de desmovilización paramilitar. En segundo lugar, que las pocas personas que saliéndose del común, inician una oposición popular, en defensa de los derechos de todos, son catalogados por el mismo gobierno, como revolucionarios, y en casos más graves aún como terroristas.
Sin embargo, en un país como el nuestro que no cuenta con la conciencia suficiente para saber lo que es y lo que no es la democracia, para saberla utilizar y poner a su favor como debe ser, todas las facultades que esta le brinda, se hace necesario una toma de conciencia social que lleve a la creación de movimientos.
SISTEMA LIBERAL
El liberalismo es un sistema filosófico, económico y político, que promueve las libertades civiles; se opone a cualquier forma de despotismo, suscitando a los principios republicanos, siendo la corriente en la que se fundamentan la democracia representativa y la división de poderes.
Aboga principalmente por:
El desarrollo de las libertades individuales y, a partir de ésta, el progreso de la sociedad.
El establecimiento de un Estado de Derecho, donde todas las personas sean iguales ante la ley, sin privilegios ni distinciones, en acatamiento con un mismo marco mínimo de leyes.
Sus características principales son:
El individualismo, que considera al individuo primordial, como persona única y en ejercicio de su plena libertad, por encima de todo aspecto colectivo.
La libertad como un derecho inviolable que se refiere a diversos aspectos: libertad de pensamiento, de expresión, de asociación, de prensa, etc., cuyo único límite consiste en la libertad de los demás, y que debe constituir una garantía frente a la intromisión del gobierno en la vida de los individuos.
El principio de igualdad entre las personas, entendida en lo que se refiere a diversos campos jurídico y político. Es decir, para el liberalismo, todos los ciudadanos son iguales ante la ley y ante el Estado.
El derecho a la propiedad privada como fuente de desarrollo e iniciativa individual, y como derecho inalterable que debe ser salvaguardado y protegido por la ley.
El establecimiento de códigos civiles, constituciones, e instituciones basadas en la división de poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) y en la discusión y solución de los problemas por medio de asambleas y parlamentos.
Las tolerancias religiosas en un Estado laico.
Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en Málaga en 1831. Este grupo de liberales españoles intentó sin éxito acabar con la política absolutista de Fernando VII. Óleo de Antonio Gisbert Pérez (1834-1901).
EL LIBERALISMO SOCIAL.
Defiende la no intromisión del Estado o de los colectivos en la conducta privada de los ciudadanos y en sus relaciones sociales, existiendo plena libertad de expresión y religiosa, así como los diferentes tipos de relaciones sociales consentidas, morales, etc.
Esta negativa permitiría (siempre y cuando sea sometida a aprobación por elección popular usando figuras como referendums o consultas públicas, ya que dentro del liberalismo siempre prevalece el estado de derecho y este en un estado democratico se lleva a su máxima expresión con la figura del sufragio) la legalización del consumo de drogas, la libertad de paso, la no regulación del matrimonio por parte del Estado (es decir, éste se reduciría a un contrato privado como otro cualquiera, pudiendo ser, por tanto, contratado por cualquier tipo de pareja), la liberalización de la enseñanza, etc.
Por supuesto, en el liberalismo hay multitud de corrientes que defienden con mayor o menor intensidad diferentes propuestas.
Liberalismo económico
El liberalismo económico defiende la no intromisión del Estado en las relaciones mercantiles entre los ciudadanos, impulsando la reducción de impuestos a su mínima expresión y reducción de la regulación sobre comercio, producción, etc. La no intervención del Estado asegura la igualdad de condiciones de todos los individuos, lo que permite que se establezca un marco de competencia perfecta, sin restricciones ni manipulaciones de diversos tipos. Esto significa neutralizar cualquier tipo de beneficencia pública, como ser aranceles, subsidios, etc.
El liberalismo político inspiró la organización del Estado de Derecho dentro del marco de la democracia liberal durante el siglo XIX, vigente en gran parte de los Estado-Nación actuales. Sus elementos principales son el Gobierno limitado a sus funciones de seguridad, justicia y obras públicas y la elección de sus representantes de manera libre y soberana. El Estado de Derecho como marco jurídico e institucional resguarda las libertades y los derechos de las personas.
Liberalismo benthamiano
Una división menos famosa pero más rigurosa es la que distingue entre el liberalismo predicado por Jeremías Bentham y el defendido por Wilfredo Pareto. Esta diferenciación surge de las distintas concepciones que estos autores tenían respecto al cálculo de un óptimo de satisfacción social.
En el cálculo económico se diferencian varias corrientes del liberalismo. En la clásica y neoclásica se recurre con frecuencia a la teoría del Homo oeconomicus, un ser perfectamente racional con tendencia a maximizar su satisfacción. Para simular este ser ficticio, se ideó el gráfico Edgeworth-Pareto, que permitía conocer la decisión que tomaría un individuo con un sistema de preferencias dado (representado en curvas de indiferencia) y unas condiciones de mercado dadas. Es decir, en un equilibrio determinado.
Sin embargo, existe una gran controversia cuando el modelo de satisfacción se ha de trasladar a una determinada sociedad. Cuando se tiene que elaborar un gráfico de satisfacción social, el modelo benthamiano y el paretiano chocan frontalmente.
Según Wilfredo Pareto, la satisfacción que goza una persona es absolutamente incomparable con la de otra. Para él, la satisfacción es una magnitud ordinal y personal, lo que supone que no se puede cuantificar ni relacionar con la de otros. Por lo tanto, sólo se puede realizar una gráfica de satisfacción social con una distribución de la renta dada. No se podrían comparar de ninguna manera distribuciones diferentes. Por el contrario, en el modelo de Bentham los hombres son en esencia iguales, lo cual lleva a la comparabilidad de satisfacciones, y a la elaboración de una única gráfica de satisfacción social.
En el modelo paretiano, una sociedad alcanzaba la máxima satisfacción posible cuando ya no se le podía dar nada a nadie sin quitarle algo a otro. Por lo tanto, no existía ninguna distribución óptima de la renta. Un óptimo de satisfacción de una distribución absolutamente injusta sería, a nivel social, tan válido como uno de la más absoluta igualdad (siempre que éstos se encontrasen dentro del criterio de óptimo paretiano).
No obstante, para igualitaristas como Bentham, no valía cualquier distribución de la renta. El que los humanos seamos en esencia iguales y la comparabilidad de las satisfacciones llevaba necesariamente a un óptimo más afinado que el paretiano. Este nuevo óptimo, que es necesariamente uno de los casos de óptimo paretiano, surge como conclusión lógica necesaria de la ley de rendimientos decrecientes.
EL PLURALISMO
El pluralismo como explicación de lo político dentro de un régimen democrático, se fundamenta en la idea de los grupos sociales como fundamento básico para el desarrollo de la democracia. Entre otras razones, debemos considerar los aspectos del análisis en sus diversas formas como lo son: La respuesta del pluralismo a sus críticos, el pluralismo reformado, el neopluralismo y sus aspectos.
El pluralismo como teoría constituye un enigma, siempre en cuestionamiento porque, a pesar de ser la teoría dominante en los análisis de ciencia política, es considerablemente deficitaria en términos teóricos. Por ello, pluralismo político; en su raíz filosófica está la idea de admitir que un mismo problema tiene varias soluciones.
En política se lo emplea en dos aspectos: como pluralismo ideológico, implica reconocer la legitimidad y legalidad de la existencia en una misma sociedad de diversas ideologías, es decir, de diversas visiones y planes sobre el sentido de la convivencia y las metas de la acción colectiva; y como pluralismo de intereses implica reconocer, no solo su existencia, sino también la necesidad de una compatibilización entre ellos en la sociedad.